¿Cómo hizo este cura para salvar la parroquia de la clausura y demolición?
Jueves 15 Nov 2012 | 11:17 am« Padre Michel-Marie
Madrid (España) (AICA): La iglesia parroquial San Vicente de Paúl,
en el centro de Marsella, iba a ser clausurada y demolida. Estaba siempre
cerrada. Nadie concurría a ella. Como última oportunidad para salvarla, el
obispo mandó al padre Michel-Marie Zanotti-Sorkine y le dijo que tratara de
abrir las puertas del templo. El padre Zanotti se tomó a pecho esta frase del
obispo y la convirtió en su principal objetivo como sacerdote. Con la consigna
“Traer tantas almas para Dios como sea posible”, transformó una iglesia
condenada a la piqueta demoledora en la parroquia con más vida de Marsella. Su
mérito es aún mayor al considerar que el templo está situado en un barrio con
una enorme presencia de musulmanes en una ciudad donde menos del 1% de la
población es católica practicante. ¿Cómo lo hizo? Lo cuenta Javier Lozano en
una nota que publicó recientemente “Religión en Libertad”, una revista
electrónica de Madrid que publica notas y noticias católicas.
La iglesia
parroquial San Vicente de Paúl, en el centro de Marsella, iba a ser clausurada
y demolida. Estaba siempre cerrada. Nadie concurría a ella. Como última
oportunidad para salvarla, el obispo mandó al padre Michel-Marie
Zanotti-Sorkine y le dijo que tratara de abrir las puertas del templo. El padre
Zanotti se tomó a pecho esta frase del obispo y la convirtió en su principal
objetivo como sacerdote.
Con la consigna
“Traer tantas almas para Dios como sea posible”, transformó una iglesia
condenada a la piqueta demoledora en la parroquia con más vida de Marsella. Su
mérito es aún mayor al considerar que el templo está situado en un barrio con
una enorme presencia de musulmanes en una ciudad donde menos del 1% de la
población es católica practicante.
¿Cómo lo hizo? Lo
cuenta Javier Lozano en una nota que publicó recientemente “Religión en
Libertad”, una revista electrónica de Madrid que publica notas y noticias
católicas.
Había sido un exitoso
músico de cabarets de París
La clave para este
sacerdote que previamente había sido músico de éxito en multitud de cabarets de
París y Montecarlo es la “presencia”, hacer presente a Dios en el mundo de hoy.
Las puertas de su iglesia están todo el día abiertas de par en par y viste de
sotana “porque todos, cristianos o no, tienen derecho a ver un sacerdote fuera
de la iglesia”.
Su balance es
abrumador.
Cuando llegó en 2004 a la parroquia San
Vicente de Paúl del centro de Marsella la iglesia permanecía cerrada durante
toda la semana y la única misa dominical se celebraba en la cripta a la que
apenas acudían 50 personas.
Como él mismo
cuenta, lo primero que hizo fue abrir el templo todos los días y celebrar en el
altar mayor. Ahora la iglesia permanece abierta casi todo el día y hacen falta
sillas adicionales para los fieles. Más de 700 todos los domingos, más todavía
en las grandes fiestas. Casi 200 adultos se bautizaron desde que llegó, 34 en
la última Pascua.
El hecho se
convirtió en un fenómeno de masas no sólo en Marsella sino en toda Francia, con
reportajes de numerosos medios de todo el país atraídos por la cantidad de
conversiones.
El nuevo cura de Ars en
la agnóstica Marsella
Una de las
iniciativas principales del padre Zanotti-Sorkine para revitalizar la fe de la
parroquia y conseguir tal afluencia de gente de toda edad y condición social
fue la habilitación del confesionario. Antes de la apertura del templo a las 8
de la mañana ya hay gente esperando en la puerta para poder acudir al
sacramento de la confesión o para pedir consejo a este sacerdote francés.
Según cuentan sus
feligreses, el padre Michel-Marie está buena parte del día en el confesionario,
muchas veces hasta pasadas las once de la noche. Y si no está ahí siempre se lo
encuentra vagando por los pasillos o en la sacristía sabiendo la necesidad de
que los sacerdotes estén siempre visibles y cercanos para salir en auxilio de
todo aquel que lo necesite.
La iglesia siempre
abierta
En cumplimiento literal del pedido que le había hecho el obispo de
“abrir las puertas de la iglesia”, el tener el templo permanente abierto es
otra de sus señas de identidad más características. Esto le generó críticas de
sacerdotes de la diócesis pero él afirma que la misión de la parroquia es
“permitir y facilitar el encuentro del hombre con Dios” y el cura no puede ser
un impedimento para esto.
En una entrevista
en televisión afirmaba convencido que “si hoy la iglesia no está abierta es que
de cierta manera no tenemos nada que proponer, que todo lo que ofrecemos se
acabó. Mientras que en este caso la iglesia está abierta todo el día, hay gente
que viene, prácticamente nunca hemos tenido robos, hay gente que ora y le
garantizo que esta iglesia se transformó en un instrumento extraordinario que
favorece el encuentro entre el alma y Dios”.
El obispo lo mandó
a esta parroquia como última oportunidad para salvarla y el cura le hizo caso
de manera literal. “Hay cinco puertas siempre abiertas y así todo el mundo
puede ver la belleza de la casa de Dios”. Novednta mil coches y miles de
peatones y turistas se encuentran con la iglesia abierta y con los sacerdotes a
la vista. Este es su método: la presencia de Dios y su gente en el mundo
secularizado.
La importancia de la
liturgia y de la limpieza
Y aquí está otro
punto clave para este sacerdote. Apenas llegó, con la ayuda de un grupo de
laicos renovó el templo y la casa parroquial, los limpió y dejó
resplandecientes. Para él este es otro motivo de por qué la gente opta por
volver a la iglesia. “Cómo va a creer la gente que Cristo vive en un lugar
donde todo está sucio y desaseado. Es imposible”.
Por ello, los
manteles del altar y del Sagrario tienen un blanco inmaculado. “Es el detalle
el que hace la diferencia. Con el trabajo bien hecho nos damos cuenta del amor
que manifestamos a los seres y a las cosas”. De manera tajante asegura: “Creo
que cuando se ingresa en una iglesia donde todo no hay pulcritud y orden, es
imposible creer en la presencia gloriosa de Jesús”.
La liturgia se ubica
en el punto central de su ministerio y mucha gente fue atraída a esta iglesia
por la riqueza de la Eucaristía. “Esta es la belleza que conduce a Dios”,
afirma.
Las misas se
celebran siempre con el templo repleto y en ellas hay procesiones solemnes, incienso,
cánticos bien seleccionados y bien cantados. Todo hecho al detalle. “Le doy un
trato especial a la celebración de la Misa para mostrar el significado del
sacrificio eucarístico y la realidad de la Presencia”. “La vida espiritual no
se concibe sin la adoración del Santísimo Sacramento y sin un ardiente amor a
María”, por lo que introdujo la adoración y el rezo diario del Rosario dirigido
por estudiantes y jóvenes.
Sus homilías son
también muy esperadas e incluso sus feligreses las cuelgan en internet. En
ellas llama siempre a la conversión, por la salvación del hombre. En su
opinión, la falta de este mensaje en la Iglesia de hoy “es quizás una de las
principales causas de la indiferencia religiosa que vivimos en el mundo
contemporáneo”. Ante todo claridad en el mensaje evangélico. Por eso advierte
acerca de la frase tan remanida de que “todos vamos a ir al cielo”. Esta es
para él “otra canción que puede engañarnos” debido a que hay que luchar,
empezando por el sacerdote, para llegar al Paraíso.
El cura de la sotana
Si hay algo que
distingue a este alto sacerdote en un barrio de mayoría musulmana es su sotana,
que siempre lleva puesta, y el rosario entre las manos. Para él es primordial
que el cura pueda ser distinguido entre la gente. “Todos los hombres, empezando
por uno que cruza el umbral de la iglesia, tiene el derecho de reconocer y
reunirse con un sacerdote. El servicio que ofrecemos es tan esencial para la
salvación que nuestra visión debe hacerse tangible y eficaz para permitir esta
reunión”.
De este modo, según
el padre Michel el sacerdote lo es durante las 24 horas del día. “El servicio
debe ser permanente. ¿Qué pensaría usted de un marido que en el camino a su
oficina por la mañana se quitara su alianza?”.
En este aspecto es
muy insistente: “Los que dicen que el hábito crea una distancia no conocen el
corazón de los pobres para quienes lo que se ve habla más que lo que se dice”.
Por último recuerda
un detalle importante. Los regímenes comunistas lo primero que hacían era
eliminar el hábito eclesiástico sabiendo de la importancia de la comunicación
de la fe. “Esto merece la atención de la Iglesia de Francia”, afirma.
Sin embargo, su
misión no la desarrolla únicamente en el interior del templo sino que es un
personaje conocido en todo el barrio, también por los musulmanes. Desayuna en
los cafés del barrio, allí habla y se reúne con los fieles y con gente no
practicante. Él los llama, sus pequeñas capillas. Así consiguió ya que muchos
vecinos sean ahora asiduos de la parroquia y han convertido a esta iglesia de
San Vicente de Paúl en una parroquia totalmente resucitada.
Una vida peculiar:
cantante de cabarets
La vida del padre
Michel-Marie estuvo siempre en movimiento. Nació en 1959 y tiene orígenes
rusos, italianos y corsos. A los 13 años perdió a su madre lo que le causó una
“ruptura devastadora” que lo hizo unirse aún más a la Virgen María.
Al tener un gran
talento musical, apagó la pérdida de su madre con la música. En 1977 tras ser
invitado a tocar en el Café París de Montecarlo se trasladó a la capital donde
comenzó su carrera de compositor y cantante en cabarets. Sin embargo, la
llamada de Dios era más fuerte y en 1988 entró en la orden dominica por su
devoción a Santo Domingo. Con ellos estuvo cuatro años, porque ante la
fascinación que le produjo San Maximiliano Kolbe se fue a la orden franciscana,
donde también permaneció cuatro años.
Fue en 1999 cuando
fue ordenado sacerdote para la diócesis de Marsella con casi cuarenta años.
Además de su música, dedicada ahora a Dios, también es escritor de éxito,
publicó ya seis libros. Además es poeta.+
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