• DETRAS DE CADA TRAMITE HAY UNA NECESIDAD O UN DOLOR, UN DERECHO Y TODA DEMORA OCASIONA UN PERJUICIO

miércoles, 22 de diciembre de 2010

REFLEXION SOBRE LA NAVIDAD

Reflexión en torno a la Navidad (Revista Criterio)
…les traigo una buena noticia, una gran alegría……les ha nacido un Salvador…
Lc. 2, 10-11imagenLos sentimientos que laten en cada uno de nosotros, en una familia, en un grupo de amigos, en un pueblo, tienen sus propios tiempos y motivos.

Ellos no siempre coinciden con los que anuncia y celebra la liturgia.
Sin embargo, en lo más profundo, hay un ritmo que conduce Dios. Él puede hacer coincidir allí lo que por sí mismo sería irreconciliable y disperso. Él puede poner de acuerdo al corazón.
En el siglo XV, el pintor flamenco Rogier van der Weyden compuso un cuadro en el que se representa la adoración de los Reyes.
El pesebre es en realidad las ruinas de una casa (están el buey y el burro, pero también un perro).
Detrás se ve una aldea de dimensiones considerables, una especie de ciudad medioeval de aspecto próspero.
El cielo es, a la vez, el del día y el de la noche.
En la parte superior izquierda del albergue se muestra y se oculta la estrella de Belén.
En la exacta mitad del cuadro, al fondo de la casa, colgado en una columna, hay un crucifijo profético.
En primer plano, los Reyes adoran y obsequian. A la derecha, un poco más atrás, se agolpa un grupo de curiosos.
A la izquierda, un personaje reza.
María contempla; con su mano en el corazón contempla al Niño.
San José mira. Porta su sombrero y su bastón, como quien va a emprender un viaje. Tiene las piernas flexionadas como si estuviera a punto de dar un paso; pero está al borde de un abismo, acaso una cisterna…
El cuadro es sereno e inquietante. El dolor y la alegría, lo diáfano y lo tenebroso, el peligro y el amparo, están reunidos. Pese a todo, o a causa de todo, lo que está en el centro del cuadro es la adoración. El Niño es real; el anuncio es verdadero.
Es sobre todo en medio del sufrimiento que la Buena Noticia merece ser celebrada.
Y porque la noche es del Niño, y también el crucifijo, y la ruina, y el peligro, es posible la acción de gracias.
Está aquel verso de Hölderlin: Donde hay peligro crece lo salvador.
Por eso el anuncio y el envío del evangelio de Lucas: Esto les servirá de señal: encontrarán a un niño. Al Niño Dios y al niño interior en el que uno fue fundado, que conserva una inocencia que puede pacificar todas las cosas y sentimientos allí reconducidos.
La adoración es posible por el dolor del Niño. El dolor del Niño es posible por la alegría del Espíritu, que es su amor al Padre.
Y nosotros: Tristes siempre alegres, dice San Pablo. En medio de tanto sufrimiento les ha nacido un Salvador… una gran alegría.
Los reyes llevan riquezas al Niño, los pastores su inocencia y pobreza, otros sus culpas y ruinas, y cada uno su vida, tal cual es y tal cual está.
Por eso, también Lucas: No tengan miedo…
El Niño puede recibir todo, resistir todo. Así, la ofrenda es libertad, aligerado despojo.
Adorar es dejar que Dios se haga responsable.
DETRAS DE CADA TRAMITE HAY UNA NECESIDAD O UN DOLOR, UN DERECHO Y TODA DEMORA OCASIONA UN PERJUICIO