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viernes, 8 de mayo de 2015

Carta del Prelado (mayo de 2015)

CARTAS PASTORALES, 5 Mayo 2015

Opus Dei - Carta del Prelado (mayo de 2015)
Queridísimos: ¡que Jesús me guarde a mis hijas y a mis hijos!
      El comienzo del mes de mayo, especialmente dedicado a la Virgen en muchas naciones, nos recuerda que hemos de llevar a todas partes el ambiente de Nazaret, las virtudes y los modos de comportarse de la Sagrada Familia, de un modo muy especial a través del ejemplo de Santa María.
      Hoy celebramos la conmemoración litúrgica de san José artesano: el hombre en el que Dios confió para que cuidara de Jesús y de la Santísima Virgen, sus dos grandes tesoros en la tierra. Esta fiesta, verdadero pórtico del mes de María, nos invita a entrar más profundamente en la casa de Nazaret. Y no olvidemos que ese hogar pervive ahora en la Iglesia, verdadera familia de Dios; en las moradas de los cristianos, y en esta pequeña familia dentro de la Iglesia, que es la Prelatura del Opus Dei.
      A lo largo de este año mariano, rezamos y rezamos perseverantemente y de modo muy especial por la institución familiar, para que refleje con plenitud el designio de Dios y se acomode al divino modelo que se nos ha mostrado en Belén, en Nazaret y en cualquier lugar donde Jesús descansaba de sus fatigosos viajes. ¡Cómo no pensar también en la casa de Betania, donde Lázaro, Marta y María le ofrecían alojamiento para que el Maestro reposara, esmerándose por brindarle lo mejor! Por eso nuestro Padre —lo conocéis bien— llamaba Betania a los sagrarios y nos impulsaba a tener continuos detalles de atención y de cariño con Nuestro Señor, adorando a Jesús con María y con José.
      Aunque en todo momento tratemos de reproducir en nuestros hogares el ambiente de la Sagrada Familia, no nos debe extrañar que, a veces, no sepamos reflejar la serenidad que allí reinó siempre. Consideremos lo que les sucedió a María y a José, cuando tuvieron que huir precipitadamente de la persecución de Herodes; sin olvidar que, en la Iglesia primitiva, junto a las descripciones de la armonía que unía a los primeros cristianos, no faltan páginas en las que se relata cómo se nublaba en ocasiones la paz, a causa de las persecuciones, de las incomprensiones del ambiente o, incluso, del mal comportamiento de algunos. Sin embargo, con la ayuda del Espíritu Santo, superaron aquellos obstáculos y fueron fieles a Jesucristo con una serena lealtad.
      En el seno de un hogar pueden surgir diferencias esporádicas y quebrarse, al menos por momentos, el clima de cariño tan propio de una vida de fe. En estos casos —como siempre— se ha de recurrir a la oración, para recomponer hasta la más mínima fisura entre los diversos miembros de la familia, y también para colaborar al bien de la sociedad, ya que existe un vínculo estrecho entre la esperanza de un pueblo y la armonía entre las generaciones[1]. Y añadía el Papa en otra ocasión: la unión de fraternidad que se forma en la familia entre los hijos, se lleva a cabo en un clima de educación a la apertura a los otros, es la gran escuela de libertad y de paz (...). Quizá no siempre somos conscientes, ¡pero es precisamente la familia la que introduce la fraternidad en el mundo![2].
      En los últimos años de su vida, san Josemaría mantuvo reuniones con muchas personas que le exponían sus pequeños y no tan pequeños problemas, y le pedían consejos. No era infrecuente que los padres y madres de familia sufrieran porque algunos de sus hijos o de sus hijas se mostraban rebeldes al llegar a la adolescencia. Nuestro Fundador procuraba tranquilizarles y les recordaba que, a esa edad, la rebeldía ha existido siempre, aunque quizá en tiempos recientes ha tomado más relieve. Pero el remedio, junto con la oración, no ha cambiado: que estés sereno con tus hijos, que no les des un cachete porque sí. Los chicos se ponen rabiosos, tú te molestas, sufres porque los quieres mucho y, además, te tienes que desenfadar. Ten un poquito de paciencia, ríñeles cuando ya se te haya pasado el enfado, y a solas. No los humilles delante de los otros hermanos. Háblales razonando un poco, para que se den cuenta de que deben obrar de otra manera, porque así agradan a Dios. De este modo, les vas educando y, el día de mañana, podrán abrirse camino en la vida y ser buenos cristianos y buenos padres de familia, si Dios los lleva por ahí.
      De modo que lo primero que hay que hacer es evitar los dos extremos: la demasiada bondad y el rigor[3].
      San Josemaría tomó del Evangelio este modo de obrar. En sus conversaciones con los padres, es fácil reconocer las instrucciones del Señor sobre la práctica caritativa de la corrección fraterna, aunque en estos casos no se le atribuya propiamente ese nombre. En el Opus Dei, todos hemos de esmerarnos por poner por obra este compromiso cristiano tan unido a las enseñanzas del mismo Jesucristo. Se entiende así que nuestro Padre, entre las preguntas que formulaba para tomar el pulso al llegar a un Centro, figuraba ésta: ¿se vive la corrección fraterna?
      Hemos aprendido que san José recibía mensajes del cielo durante el sueño; y, fijándose en este hecho, el Papa advierte que no es posible una familia sin soñar. Cuando en una familia se pierde la capacidad de soñar, los chicos no crecen; el amor no crece, la vida se debilita y se apaga[4]. Y ofrece a los padres y madres la siguiente invitación, para que la consideren cada día antes de retirarse a descansar: ¿Hoy soñé con el futuro de mis hijos? ¿Hoy soñé con el amor de mi esposo, de mi esposa? ¿Hoy soñé con mis padres, con mis abuelos que llevaron la historia hasta mí?[5].
      Son cuestiones que, de un modo u otro, cabe que todos nos planteemos. Consideremos a diario si rezamos por nuestros hermanos y nuestras hermanas en la Obra, por nuestras familias y por las personas que frecuentan la labor apostólica; si pedimos a Dios para ellos lo mejor, lo que más necesiten; si pensamos en la oración cómo ayudarles..., si sabemos prestarles servicios sin esperar nada a cambio: ¡ya nos quieren!
      Con gran poder —así se relata en el libro de los Hechos— los Apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús; y en todos ellos había abundancia de gracia[6]. A impulsos del Espíritu Santo, superaban con optimismo los obstáculos que se oponían a su labor; e incluso se llenaban de gozo si debían padecer injurias, cárcel, azotes, por el nombre de Jesús[7]. Esta fortaleza de ánimo, este crecerse antes las contradicciones, se reforzaba con los cuidados que la Madre de Jesús —Madre también de cada uno de ellos— les dispensaba. Desde que el Paráclito descendió en Pentecostés, la trataban con más confianza filial. La oración de los discípulos —escribe nuestro Padre a este propósito— acompaña a la oración de María: era la oración de una familia unida[8]. Así hemos de proceder nosotros, especialmente durante la tradicional Romería de mayo, que este año guarda un contenido único: dejar confiadamente en las manos de nuestra Madre la oración de la Iglesia por los frutos del Sínodo sobre la familia, que se celebrará en octubre.
      Además, mañana se cumplen ochenta años de la fecha en que nació en la Obra esta Costumbre de la Romería de mayo, que ya han hecho muy suya millones de personas en todo el mundo. Recordando aquel 2 de mayo de 1935, al cabo de muchos lustros, en una de sus últimas visitas marianas al santuario de Nuestra Señora de Sonsoles, san Josemaría se expresaba así: rezad mucho a la Santísima Virgen en el mes que va a comenzar. Las romerías de mayo son algo maravilloso. Yo estuve ayer en Sonsoles y consideraba que si todos los que durante el mes de mayo van de romería, en todo el mundo —en Europa, en Asia, en África, en América y en Oceanía—, fueran a Sonsoles unos detrás de otros, estaría yendo y viniendo gente a esa ermita de la Virgen, sin interrupción, desde el 1 de enero hasta el 31 de diciembre[9].
      Con la piedad y el empeño de todos, bien unidos al Papa, a los obispos y a los demás cristianos, alcemos una intensa súplica por la Iglesia, por el mundo, por las familias, por la sociedad civil. Así las actividades personales y corporativas en servicio de las almas se desarrollarán más y se colmarán de eficacia. Nuestro Padre afirmaba que todas las tareas apostólicas y los instrumentos para ponerlas en marcha son onus et honor, carga y honor (...) de los Numerarios, de los Agregados, de los Supernumerarios; y también de los Cooperadores. Se engañaría y tendría mal espíritu y poca generosidad quien pensase que esas empresas son solamente cosa de los Numerarios, porque de nosotros es necesario que se pueda decir siempre, al hablar de nuestros afanes apostólicos, aquello que se lee en los Hechos: multitúdinis autem credéntium erat cor unum et ánima una (Hch 4, 32), toda la multitud de los fieles tenía un mismo corazón y una misma alma [10].
      En la penúltima semana de abril, estuve en Valencia, donde —invitado por el Cardenal Arzobispo— celebré en la catedral una Misa de acción de gracias por la beatificación de don Álvaro y pronuncié una conferencia sobre su trabajo en el Concilio Vaticano II. Además, me reuní con muchas hijas y muchos hijos míos, y con personas de todas las edades que participan en la labor de la Obra. Ayudadme a agradecer a Dios los frutos espirituales que Él haya querido suscitar. Acompañadme también en la acción de gracias por la ordenación presbiteral de un buen grupo de hermanos vuestros, Numerarios, el próximo día 9, en la Basílica de San Eugenio. Deo omnis glória!
      Termino, hijas e hijos míos, con el recuerdo de la novena de san Josemaría a la Virgen de Guadalupe, en mayo de 1970. Acudió allí para rezar por la Iglesia, por el Santo Padre, por el Opus Dei. ¡Y cuántos frutos produjo! Seguirán abundando, por la bondad de Dios y la intercesión de la Virgen Santísima, si nos afanamos en seguir cotidianamente los pasos de nuestro Padre, como de modo tan leal hizo don Álvaro. Acudamos a su intercesión, especialmente el próximo día 12, fecha en la que celebraremos por primera vez su memoria litúrgica.
      Con todo cariño, os bendice y os vuelve a pedir oraciones
vuestro Padre
+ Javier

Roma, 1 de mayo de 2015.
DETRAS DE CADA TRAMITE HAY UNA NECESIDAD O UN DOLOR, UN DERECHO Y TODA DEMORA OCASIONA UN PERJUICIO

miércoles, 6 de mayo de 2015

LOS JESUITAS Y EL PAPA FRANCISCO

LOS JESUITAS Y EL PAPA FRANCISCO
Mad Economy (ME) no puede dejar de explicar el “fenómeno jesuita” desatado por la elección de un Papa jesuita (además de argentino), porque esta Orden religiosa no solo  fue un elemento clave en la historia económica moderna, sino porque su exitosa estructura organizacional -que lleva casi 5 siglos-, puede ser la envidia de cualquier corporación o multinacional actual. (Además, los jesuitas manejan [indirectamente] la Universidad del Pacífico, que tiene la mejor escuela de economía local).
1. Fue fundada por un noble vasco, ex soldado y caballero: Iñigo de Loyola, conocido más tarde como San Ignacio de Loyola (1491-1556); por eso tienen una estructura militar y llaman al superior de la orden "General" y a la orden "Compañía" pero en sentido castrense, no empresarial, aunque años después este nombre les caería a pelo desde la perspectiva corporativa. San Ignacio, conocido por Iñigo de Loyola,  prefirió cambiar su nombre de pila y “españolizarlo” a Ignacio. Iñigo o Iñaki es un nombre vasco. Aunque durante su vida militar destacó como excelente jinete y eso lo haría merecedor de pertenecer a la caballería, prefería más el asunto organizacional dentro del ejército, de ahí que cultivó una extraña afición al orden y a la disciplina, pero terminó siendo artillero con muy mala suerte porque una bala de cañón casi le vuela la pierna durante la guerra entre Navarra, Francia y España (1521). Fue llevado a su castillo y por las heridas tuvo que estar en cama meses. San Ignacio se leyó todos los libros sobre vida religiosa que encontró y descubrió su vocación. Dejó las armas y comenzó un largo camino al éxito.
     2. Es una Orden que no está bajo el mando directo ni tutela de una Diócesis. Su jefe es el Padre Superior a quien se le llama Padre General. La Iglesia Católica divide su jurisdicción pastoral en Diócesis que están bajo la administración de sacerdotes “diocesanos” y estos deben reportarle al Obispo de la jurisdicción, o sea, de la  Diócesis y estos, a su vez, al Arzobispo que maneja toda la operación.
Si eres un cura diocesano en Lima por ejemplo, tu jefe será Cipriani. Las órdenes religiosas, como dominicos, franciscanos, agustinos, trapenses, jesuitas, etc., están exentas de reportarle al Obispo de la Diócesis.   Por eso es que, cuando Cipriani reemplazó a Monseñor Vargas Alzamora SJ (que era jesuita) como Arzobispo de Lima y primado del Perú, el Padre Gutiérrez, que era diocesano y uno de los “inventores” de la Teología de la Liberación, tuvo que meterse a dominico: mientras tuvo a Vargas Alzamora como “jefe” no tuvo problemas porque los jesuitas –aunque no asumen la Teología de la Liberación como válida-, son más abiertos a otros enfoques; pero con Cipriani, del Opus y ultra, no le quedó otra que pedir su incorporación a la Orden de Santo Domingo, así escaparía de la separación y hasta excomunión que se le venía por parte de Cipriani.
Los jesuitas van más allá de esto. Consideran a cada país o región como una “provincia” de la Compañía de Jesús; por eso, tienen Padres Provinciales, una especie de “ojos y oídos” del superior o Padre General.
     3. Aunque no hay nada en sus normas que diga lo contrario, los jesuitas estaban "prohibidos" de ser obispos y menos Papas. Quizás la palabra no sea “prohibición”, pero fue algo consuetudinario en ellos: por costumbre adoptaron más un perfil bajo dentro de la Iglesia Católica. Prefirieron otro enfoque o carisma, el de la educación y en eso se especializaron. Además, nacieron en una época donde el protestantismo europeo era un furor y los esfuerzos de la Compañía de Jesús se enfocaron en eso, la lucha contra las corrientes protestantes, antes que entrar en el complicado mundo político de la Iglesia del siglo XVI con sus Papas Borgias, asesinatos, inquisiciones y otras mañas.
4. Pero, llegaron a tener tanto poder político  y económico que a su superior lo llaman "El Papa Negro", por el color tradicional de las sotanas que usaban. Eran unas grandes togas, con botones que iban desde el cuello hasta los pies. Y un gorro de tres puntas que debió ser muy incómodo. Lo del Papa Negro no es cuento. Realmente llegaron a ser una suerte de Iglesia o universo paralelo dentro de la estructura católica romana.
5. Para ser ordenado jesuita, además de pasar 4 años, estudiando teología y filosofía en un seminario, es indispensable que tengan “estudios civiles”, por eso se pueden encontrar jesuitas abogados, economistas, ingenieros, sociólogos, médicos, matemáticos, físicos, químicos, psiquiatras, sociólogos, antropólogos, lingüistas, etc. De hecho, son los únicos curas con título universitario civil por requerimiento específico. ¿Por qué crees que el Observatorio del Vaticano lo regentan jesuitas astrofísicos? ¿Por qué crees que el Papa Francisco es técnico químico-industrial?
     6. El poder oceánico que llegaron a tener motivó que en 1768 fueran expulsados de España, Portugal y las colonias. Este poder se debió a sus vanguardistas ideas: creían en la igualdad, la libertad económica, el cooperativismo, la redistribución del capital, el libre acceso al mercado, la educación de las minorías, etc. lo que preocupó a las monarquías absolutas de la época. Eso incluyó el cierre de los colegios mayores, seminarios y universidades de todo el mundo conocido. Lo que fue un duro golpe para la educación occidental, porque las instituciones educativas jesuitas eran impecables.  Astutos como ellos solos, aplicaron a la perfección aquello de “el enemigo de mi enemigo, es mi amigo” y se refugiaron en reinos e imperios protestantes y hostiles a la Iglesia de Roma. Entre ellos, el Imperio Ruso con Catalina La Grande a la cabeza. Y realmente Catalina era “grande”, sus biógrafos estimaban que la emperatriz “de todas las Rusias” pesaba más de 100 kilos. Sin embargo, era una noble rara porque trabajaba y estudiaba. Los jesuitas, expertos en educación, pronto se ganaron su respeto y admiración y ella no sólo les dio cobijo, sino el tesoro más  importante para un jesuita: TIEMPO. Tiempo para regresar y de hecho 40 años después de su expulsión lo hicieron a lo grande, refundando colegios y universidades en todo el mundo.
7. Antes de su expulsión, fueron los precursores del cooperativismo o una forma arcaica de economía socialista. En Sudamérica, sus Misiones a lo largo del continente fueron un ejemplo de gerencia. Un referente interesante se puede encontrar en la forma cómo administraban sus misiones y haciendas en esta parte del mundo. Por ejemplo, en las misiones de Paraguay, Bolivia y norte de Argentina, repartían entre los indios y esclavos, parcelas de tierra, animales mayores y menores, insumos y semillas.
La producción era estandarizada en procesos específicos según el cultivo y la actividad industrial, es decir, fueron los precursores de la producción en función a la diversificación de canales de negocio. Con esto se ingresó a una “mini era pre industrial” pues sus obrajes, maestranzas, trapiches y factorías llegaron a tener unos índices de eficiencia y productividad enormes, además de darle valor agregado a las materias primas. El uso de los recursos que hicieron fue impecable. En la hacienda San Juan Bautista en Lima, llegaron a tener más de 5 riegos semanales y en un hábitat como es la costa de Perú donde uno encuentra un desierto más que un oasis. Después de su expulsión y tomada la operación de la hacienda por un civil, ésta alcanzaba a duras penas 1 riego por mes.
Los jesuitas en sus Misiones y haciendas, crearon la figura del “Padre Administrador”, una suerte de controller moderno que llevaba rigurosamente los presupuestos y estadísticas de los emprendimientos jesuitas. Fueron más allá. En agricultura, sus haciendas no eran meros fundos o chacritas de “pan llevar”, diseñaron un complejo sistema de obrajes que les permitió desarrollar una agroindustria y sistema de agro exportación que sería la envidia de cualquier grupo agroindustrial moderno. Desde Perú, Alto Perú (Bolivia), Argentina y Paraguay, exportaban vinos y piscos, chocolate procesado, melaza, granos, telas, vidrio, cal, argamasa y otros. En el siglo XVIII, el chocolate producido y procesado en una misión o estancia jesuita paraguaya, era tomado en la Corte de los Borbones en Versalles y en la Corte de los Habsburgo en Austria. Todo, a través de un sofisticado (para la época) sistema de almacenamiento y redes. Crearon lo que a la postre sería el concepto de distribución y canales de negocio, logística incluida. Su manejo de los costos era impresionante: las utilidades en una hacienda por ejemplo, después de un ejercicio fiscal, eran redistribuidas entre los indios y esclavos primero y en último término el quinto real (para la Corona Española) y la Compañía. Esto les permitía hacer caja constante pues la producción de sus haciendas, al ser redistribuida entre indios y esclavos - quienes a su vez, la reinvertían en sus chacras, vendiendo lo que iban sacando de ellas-, les aseguraba un ingreso recurrente, por tanto, evitaban el endeudamiento para cubrir huecos en el flujo de caja, luego tomaban una parte de la ganancia por cada línea de producto y en función a los costos unitarios calculaban el presupuesto para el siguiente año fiscal. Con esto, fueron los primeros en aplicar la teoría de las tasas de transferencia en negocios. Sus inversiones en tierras, conventos, seminarios, colegios mayores e universidades también les generaban caja pues casi todas sus instituciones eran privadas y cobraban una pensión por la  colegiatura, que les permitía además brindar subsidios a alumnos o seminaristas con bajos recursos: la versión moderna de becas de estudio.
Además, reducían el riesgo sistémico de sus finanzas con la diversidad de inversiones y líneas de producción que ellos tenían.
Es curioso además notar que en un tiempo donde los esclavos negros eran considerados menos que animales, los jesuitas no sólo los hicieron “propietarios” sino que les daban una parte de la ganancia del negocio. Cosa prohibida por la Corona. Lo triste de esta historia: durante la administración jesuita de sus propiedades, los índices de escapismo entre los esclavos era nulo, después de la expulsión de la Orden, no solo muchos de los esclavos negros dejaron las haciendas y misiones, sino que el número de abortos autoinflingidos por las madres esclavas se disparó logarítmicamente: preferían matar a sus hijos neo natos, antes que nacieran esclavos (“Peregrinaciones de una paria”, Flora Tristán). Esto nunca pasó bajo la gestión de la Compañía. Finalmente, en 2008 la revista Forbes nombró a la Compañía de Jesús como " La Corporación Multinacional más antigua y exitosa de la historia económica moderna". Más que Coca Cola Co., JP Morgan y otras corporaciones.
8. En la II guerra mundial, fue la única Orden que abiertamente se opuso al nazismo y al holocausto judío, muchos jesuitas fueron perseguidos por eso; algunos torturados y asesinados en campos de concentración como el Padre y Beato Rupert Mayer SJ. En Francia, un colegio internado jesuita, exclusivo para chicos, escondió y salvó a más de 50 niños judíos de las garras de la Gestapo. “Amén”, película dirigida por Costa-Gavras (2002), basada en hechos reales descritos en el libro “El vicario” de Rolf Hochhuth, muestra el rol clave que tuvo la Compañía de Jesús para la defensa de judíos ante el Vaticano. De hecho, para los judíos, la Compañía de Jesús es un referente de diálogo y es “Justa entre las Naciones” para Israel, por su labor en contra del holocausto. Cosa que pocas o casi ninguna orden católica hizo.
9.  En los 70's su posición progre y de izquierda se hizo un poco evidente: unas décadas antes decidieron dejar de dar Misa en latín y la daban en el idioma del lugar. Por eso tenían jesuitas dando Misa en bantú africano, quechua (acá lo hacían desde el s. XVI), vasco, árabe, guaraní, chino cantonés, hindi, etc. Decidieron no usar sotana y menos camisa con cuello de clerma. Esa actitud progre se capitalizó con el recelo de dictaduras de derecha (6 jesuitas fueron asesinados en El Salvador por eso). Ser progres y estar más cerca de los pobres y lejos de los grupos de poder les ganó también un recelo por parte del Opus Dei.
10. Aunque muy progres, los jesuitas no estuvieron exentos de vincularse con grupos de poder. Aunque, sus relaciones se basaron más en la enseñanza. Fueron famosos y conocidos por ser tradicionalmente los “educadores de las élites”, mayormente hombres y no mujeres. Sobre todo en Europa y Latino América. Es evidente que por sus aulas pasaron destacados intelectuales, políticos, científicos, artistas, militares y religiosos. Eso les daba llegada a familias y grupos relacionados con el dinero y el poder. Pero formaron hombres que, lejos de continuar con los vicios y resabios de estos grupos, fueron más allá.
Quizás por esta razón, es que los jesuitas son conocidos como “lava cerebros” o como una mafia donde quienes han sido educados por ellos, se reconocen por ciertos rasgos, lenguaje corporal y forma de hablar. Una especie de “secta” con decires y haceres propios. Existen “muchachos” de 70 años que en el Club Regatas, no dudan e insisten en ponerse una añosa camiseta color azul con el escudo bordado del jesuita Colegio de La Inmaculada. Es una orden muy global y de constante diálogo no sólo inter religioso sino cultural. Incluso desde su fundación, les quedó claro ese asunto que ahora se llama “globalización”. Ese dinamismo es quizás lo que explica que, aunque llegaron “tarde” a la América Española , incluso 60 ó 70 años después que los dominicos o franciscanos, en una década de operación en las colonias llegaron a triplicar el patrimonio de los primeros. En pleno siglo XVI, no dudaron los Padres fundadores de la Orden en enviar a sus primeros discípulos a lugares tan lejanos como China, India o Japón porque Sudamérica y el mundo entero les quedaban chicos. Según  Chris Lowney ex seminarista jesuita y banquero de inversión del JP Morgan, autor del libro “El Liderazgo al estilo de los jesuitas”, uno de los factores de éxito de la Orden fue su movilidad permanente y apertura de mente frente a otras culturas. La historia del Padre Matteo Ricci SJ que viajó a China grafica este liderazgo y dinámica inter cultural. Llegado a China, el Padre Ricci SJ de inmediato tomó contacto con el emperador. No era cosa fácil porque ya antes en Asia, la experiencia jesuita había resultado tenebrosa y de total fracaso: decapitaron en Japón a 22 jesuitas y martirizaron y torturaron a otro tanto en la India. Pero el Padre Ricci SJ se ganó el respeto y admiración del emperador al dibujarle un mapamundi donde colocó a China, por primera vez, en la cartografía mundial. Huelga decir que Ricci era matemático, geógrafo y cartógrafo. La mente abierta de este jesuita le permitió también, colgar el confusionismo a la praxis cristiana. Debió haber sido todo un éxito porque el emperador de China lo nombró consejero, siendo el primer y último caso, donde un occidental fuese “privado” de un regente chino.
Para Lowley, son 4 los pilares fundamentales del éxito y del enfoque empresarial de los jesuitas:
 (1) Conocimiento de sí mismo: Saber reconocer muy bien cuáles son las fortalezas, debilidades y valores de uno mismo. Tener un claro conocimiento del mundo y hacia dónde se quiere ir;
 (2) Ingenio: Siempre innovar y al mismo tiempo adaptarse a las circunstancias de un mundo cambiante. Explorar nuevas posibilidades e ideas. Aprender de las otras culturas y darles su valor;
 (3) Amor: Querer a los demás y tratarlos a partir de esa realidad. Siempre mantener una actitud positiva. Ganar a la gente por el amor y no el temor. Los líderes tienen confianza en sí mismos y la proyectan a los demás;
 (4) Heroísmo: Despertar en uno mismo, y en los demás, grandes deseos. Fortalecer en sí mismo, y en los demás, aspiraciones heroicas. Los líderes imaginan grandes futuros e impulsan a alcanzarlos. No esperan el futuro sino que lo construyen. George Lucas, en una entrevista, reveló que –en su juventud-, conoció a un grupo de jesuitas en la Universidad de Fortham; quedó maravillado por su forma de ser, por cómo se movían, cómo te convencían usando palabras cariñosas antes que imperativas.

     SE espera entonces, que el Papa Francisco (a secas y no Francisco I), siendo jesuita recoja este modelo, no sólo desde lo religioso, sino desde lo empresarial. Sería un éxito el Papa Francisco si lo logra.

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