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sábado, 27 de agosto de 2011

JUAN BAUTISTA ALBERDI (EN EL DIA DEL ABOGADO)

Los Abogados Argentinos celebramos nuestro día el 29 de agosto, pues en ese día de 1810 nació Juan Bautista Alberdi.

Juan Bautista nació en Tucumán y estudió en el Colegio de Ciencias Morales de Buenos Aires (hoy Colegio Nacional). Luego siguió abogacía en la Universidad completó sus estudios, pero el gobierno de Juan Manuel de Rosas impuso un juramento de fidelidad al régimen federal como requisito para la habilitación profesional.

Alberdi, que había sufrido ya como periodista el cierre del inofensivo periódico La Moda por parte gobernador, y prefirió el destierro y emigró a Montevideo en el año 1838.-

Al producirse el sitio de Montevideo por las tropas rosistas encabezadas por Manuel Oribe, Juan Bautista viajó a Europa y luego se radicó en Valparaíso.

Cuando Urquiza derrotó en Caseros a Rosas, Alberdi escribió Bases y Puntos de Partida para la Reorganización Institucional, sugiriendo la implementación de un programa republicano que estableciera la libertad de cultos, el liberalismo económico y el fomento de la inmigración. En relación a la educación, proponía dejar a un lado la instrucción humanística, para acentuar la formación de artesanos que supieran labrar la tierra y construir caminos, puentes y ferrocarriles. No necesitamos abogados, sino técnicos, sostuvo tajantemente. En 1855, el presidente Urquiza le pidió a Juan Bautista que viajara a París como embajador, para evitar que las naciones europeas reconocieran a Buenos Aires como nación independiente. Hacia allí partió el tucumano directamente desde Valparaíso, sin regresar a la Argentina. Cuando Mitre venció a Urquiza en Pavón y el país se unificó bajo su mando, decretó la cesantía del diplomático. Al producirse la guerra de la Triple Alianza contra el Paraguay, Alberdi condenó la actuación argentina. Dijo que era una confrontación absurda, hecha por la vanidad de los gobernantes, y que si algún país tenía algo de razón, era más bien el Paraguay.

El gobierno argentino lo acusó de traidor a la patria y Juan Bautista debió permanecer exiliado en Francia otros catorce años. Después de la confrontación franco-prusiana escribió “El crimen de la guerra” con estilo de abogado fue encadenando los argumentos para demostrar que la guerra no es un derecho, sino un delito; y que la justicia sólo es tal cuando es impartida por un tercero imparcial. Recién en 1879, cuando estaba a punto de cumplir los 70 años, arrastraba los pies y era una figura legendaria, Alberdi regresó a su patria. Había pasado 41 años en el extranjero, aunque siempre escribiendo sobre su país. En la Facultad de Derecho de Buenos Aires pronunció una conferencia: La omnipotencia del Estado es la negación de la libertad individual. Pero la emotividad de sus años le impidió completar la lectura y le pidió a Félix Frías que terminara de leer las cuartillas que él había preparado. No tenía fuerzas tampoco para empezar de nuevo a litigar. Volvió a París, donde murió solo y soltero, en una casa de salud del suburbio de Neully Sur Seine, el 29 de junio de 1884.

Resistió los abusos de la dictadura y criticó los errores de los gobiernos democráticos. Diseñó la arquitectura constitucional de la república y exaltó la armonía entre las naciones. Aunque nunca ejerció la profesión en su país, nos dejó a los abogados la mejor de las lecciones: defendió la paz y el sistema republicano, aun al costo de sufrir en carne propia el destierro y las persecuciones.

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